Cerraduras para persianas metálicas

Las persianas metálicas son un elemento de seguridad básico para los comercios, pero cada vez son más comunes en las ventanas de las casas, especialmente en zonas de alto riesgo por robo o vandalismo. Ofrecen una gran protección contra la intemperie, el fuego y los intrusos.

Las persianas metálicas están formadas por la unión de varios perfiles metálicos galvanizados. Existen diferentes tipos de persianas metálicas: metálicas ordinarias, microperforadas, de malla, motorizadas, etc.

Pero sea cual sea el tipo que elijas, toda persiana metálica necesita una cerradura para garantizar la seguridad que prometen. A veces la cerradura es el punto más débil de todo el sistema. Por ello necesitas conocer las diferentes opciones de cerraduras para persianas metálicas.

Cerraduras para persianas metálicas

El candado tradicional

Una de las formas más comunes de asegurar una persiana metálica es utilizar un candado. Para que esto sea posible deben existir puntos de fijación en la persiana metálica para unirla a la estructura, una unión que es asegurada por el candado.

Un buen candado suele disuadir a cualquier ladrón oportunista, pero primero hay que saber elegir el candado adecuado. Un buen candado depende de su diseño y de los materiales con los que está construido.

Para las persianas metálicas comerciales, se recomiendan los candados de una sola pieza con cuerpo de acero inoxidable, especialmente los llamados de tipo “positivo”. En estos, el pasador permanece bloqueado, aunque se corte, manteniendo así la persiana metálica debidamente asegurada.

Pero un problema habitual de los candados tradicionales es que dejan al descubierto los puntos de fijación.

Cerraduras para persianas metálicas

Muchas persianas metálicas vienen integradas con cerraduras específicamente diseñadas para esta aplicación. Pueden instalarse en el centro de la persiana o en los laterales, y proporcionan una seguridad básica a los propietarios.

En el caso de las cerraduras centrales, dos varillas sobresalen de la cerradura. Al insertar un duplicado de llave y girarlo las dos varillas empujan barras metálicas que se fijan contra los laterales. Los cierres ubicados en los lados funcionan de la misma manera, pero sólo se fijan a un lateral.

La ventaja de este tipo de cerradura es que permite cambiar el bombín o actualizar toda la cerradura muy fácilmente. Muchos fabricantes, como Viro, construyen cerraduras de seguridad que ofrecen una protección adicional.

Un escudo de seguridad protege todo el mecanismo contra cualquier intento de manipulación desde el exterior. Es una solución casi perfecta, pero puede ser aún mejor.

Grupos de fijación

Los grupos de fijación pueden describirse como un candado, pero que no deja puntos débiles que puedan ser atacados. Su cuerpo blindado puede proteger completamente el grupo de fijación en el suelo, y por ello se consideran eficaces y seguros.

Su eficacia depende en gran medida de su instalación. La instalación de un grupo de fijación requiere empotar una campana, donde se fijará un anillo móvil. La varilla que fija la persiana metálica al suelo pasa por este anillo móvil.

Los modelos más seguros pueden resistir los ataques de taladros y sierras. A diferencia de los candados, el punto de fijación no está expuesto y no puede ser atacado. Por lo tanto, es importante instalarlos de manera que no haya demasiado espacio libre entre el grupo de fijación y el suelo.

Al igual que las cerraduras, los cilindros pueden cambiarse. De este modo, las persianas metálicas pueden integrarse en el sistema de seguridad de cualquier instalación.